27 de julio de 2013

Hablando con mis amigos: Eulàlia Civit

      Eulàlia... y ustedes pensarán que me he equivocado al poner el acento en su nombre, pero no. Y no se equivoquen ustedes porque se enfada mucho.


     Hace unos posts hablaba de las amistades que hice en Madrid cuando estudiaba en Efti, y hoy le toca a Eulàlia. Si hablaba de que entre los cuatro formábamos el fotógrafo perfecto no mentía. Eulàlia es una maravilla fotografiando bodegones. Pensarán "ya, fotos de cacharros", pues sí, pero es que ella hace que el cacharro más feo y menos interesante se convierta en una obra de arte.
     Siempre he admirado cuando un fotógrafo es capaz de sacar de un objeto una historia, yo lo hago con caras, a mí me resulta mucho más fácil, las personas hablan. Pero cuando ella era capaz de llegar a clase con una foto que había hecho el día anterior sin haber salido de su habitación, con una bola que vete a saber de donde sacó, que decidió poner en el borde de la ventana y de ahí salió esta foto, cuesta no quedarse con la boca abierta.

My Red Planet

     Es una maravilla verla trabajar, tranquila, paciente, siempre estudiando la luz, la composición, viendo fotos en los objetos que menos te esperas. Ver su trabajo me ha hecho valorar de otra manera el trabajo con objetos, se acabaron los bodegones de peras y manzanas, bodegones de botellas de aceite sobre fondo de nubes. Se acabó que los objetos no tengan vida. Y se acabó porque para eso está Eulàlia Civit, para ver el lado bueno de cada cosa. Disfruten de sus fotos y de su blog, donde pueden ver todo su trabajo. 





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